domingo, 25 de mayo de 2014

Baby, it's cold outside

Realmente no estaba en mis planes ver Glee. Estoy en la mitad de White Collar. Y de Psych. Y al principio de Doctor Who. No necesito, realmente, más series que seguir. No, en serio, no me recomendéis nada. Ya me cuesta bastante resistirme a Orphan Black.
Era sólo algo en plan: "¡A ver quién gana!". Ni siquiera seguí viendo Glee en un principio. Seguí The New Normal que era mucho más corta e indeciblemente más mona y tierna. Vedla, malditos, es la repanocha.

Pero he acabado siguiendo Glee cual fangirl desatada. Vale. Lo admito. No veo Glee, veo "Las super divertidas aventuras de Kurt y compañía". Antes era "Las super divertidas aventuras de Kurt y Mercedes", pero la última apenas tuvo trama en la segunda temporada y la de la tercera es estúpida, así que...
Adoro a Kurt. Mi amor por él es puro y sin mácula. Cada vez que hay una escena de baile o canto yo busco a Kurt con la mirada. Cada vez que acababa un capítulo en el que él no tenía protagonismo, lo que decía nada más acabar era "No está mal, pero necesitaba más Kurt". Porque lo admito, seguramente yo vería una serie en la que fuesen cuarenta minutos de ver a Kurt hacer cosas. Le amo mucho, ¿vale?


La semilla de ese amor comenzó en una de sus primeras escenas. Cuando le van a tirar a la basura y él les pasa con fuerza su cartera para no ensuciarla con las lapidarias palabras:
Algún día limpiaréis mi piscina.
Me pareció gracioso e inteligente, pero aun no estaba ni cerca de conocer mis sentimientos por él. Eso fue en el capítulo en el que también me enamoré de mi otro personaje favorito: Burt, el padre de Kurt. Son taaaaaaan geniales... Mola que no jugasen con el estereotipo de padre que no acepta a su hijo y les diesen una relación cercana, cálida, sana y genialosa.
Mi adoración por ambos, sobretodo por Kurt, no conocía limites. Crecía y crecía. Día a día. Crecía con Rose's Turne. Crecía con el cambio de imagen que le hizo a Rachel, que fue básicamente vestirla como una puta. Y creció y creció aun más. Su maravillosidad unicornica me llegó al fondo del alma.
Y en la segunda temporada, Kurt cantó a los Beatles y tuvimos FLASH BACKS. Flash backs de la infancia de Kurt. Oh, la felicidad... A pesar del dolor de que Burt estuviese mal, cosa que casi me hace llorar aunque no estaba realmente preocupada porque no podían matar a Burt. Tengo sentimientos enfrentados con ese capítulo en concreto, pero dejémoslos a un lado.


Y empezó el bulling de Karofsky. La trama es interesantísima, realista y está bien llevada, aunque duele igual. Es decir, ¡hizo daño a Kurt! ¡A Kurt! ¿Cómo podía asimilar tal revés del destino? Pero trajo algo bueno, además de las maravillosas escenas en la boda que casi me hacen llorar como una niña de tres años. Nos trajo a Blaine. Bueno, y un beso entre Kurt y Karofsky que fue flipante y moló, pero lo principal fue Blaine.
Soy taaaaaaaaaaan Klaine que doy miedo y todo. He visto vídeos, leído fanfic y dado chillidos. Mi canción favorita de ahora y para siempre es Baby, it's cold outside y la escucharé todos los días de mi vida. Es genial. Cada escena entre ellos es genial. Todo en sí es genial.

Exijo que esta imagen sea nombrada patrimonio de la humanidad.

Adoré la escena en la que se conocieron y ambos corrieron por los pasillos de Dalton cogidos de la mano. Adoré la expresión de Kurt al verle cantar. Adoré como Blaine le ayudó. Adoré cada charla que tuvieron, tanto fuera como dentro del colegio. Adoré como se compenetraban. Adoré la actitud de Kurt al respecto de sus sentimientos. Adoré Black Bird y adoré que Blaine se enamorase en ese momento y propusiese el dueto. Adoré como le besó. Adoré su actuación en las regionales. Adoré que le diese una serenata cuando volvió a New Directions. Adoré que fuesen juntos al baile --también adoré que Kurt llevase kilt, por cierto--. Adoré su conversación en los pasillos. Adoré que Kurt fuese coronado reina. Adoré el baile oficial. Adoré que descubriésemos parte de lo que pasó en los nacionales como un relato de Kurt a Blaine que acabase con una declaración de amor.


Y adoré que Blaine se trasladase para estar cerca de Kurt. Y adoré todas sus escenas, así para resumir, en especial las de First Time porque fueron impresionantes y adoro que hayan sido el primero del otro ::suspira romántica embebida en el recuerdo de la escena::. Y el especial de navidad porque me hizo mucha gracia como fingían que no estaban juntos en plan chiste. Esos dos cantando villancicos son mi nueva orientación sexual, en serio. Les quiero taaaaaaaaaaaaanto...


Por cierto, el chico que intenta ligarse a Blaine debe morir entre terribles sufrimientos. Nadie me saca de ahí.
¿Que para qué es esta entrada realmente? Para decíroslo. Para obligaros a amar a Kurt y a Blaine --y a Burt, también hay que adorar a Burt-- y a sus villancicos.


Decidme que no es genial. Decídmelo para que yo os pueda partir los dientes.

En conclusión: si ves Glee y el Klaine no te llama la atención, ve al médico. Y no te reproduzcas, criatura de... Ni siquiera sé de que eres criatura ::te bufa::.

Sí, te estoy poniendo a la altura de Joffrey, canalla.

Un placer maestros del frikismo con buen gusto para ver la maravillosidad de Kurt y Blaine y el Klaine y Burt.

domingo, 18 de mayo de 2014

Artemisa en la cena familiar

¡Hola, maestros del frikismo!
Sí, hoy sí hay exclamaciones. Estoy mejor. Gracias por preguntar.
Os traigo mi aventura de ayer, que demuestra que estoy como una cabra y que me obsesiona demasiado Cuatro Damas. Nada que vosotros no supieseis, mis niños. Como la última, la he nombrado en honor de Teo, que es muy grande.
Bien, pues veréis. Ayer mi familia y yo, por razones que no vienen a cuento, salimos de cena familiar. Íbamos Mi Señor Padre, Mi Señora Madre, El Niño (mi hermano), Mi Señora Madrina, Mi Señor Tío y mis primas Gremlin1 y Gremlin2.
¿No es increíble mi talento para los apodos? Lo sé, me abrumo a mí misma.
En todo caso nos fuimos a cenar y, como éramos ocho, no había una mesa lo bastante grande. Dado que en el restaurante las mesas estaban ancladas al suelo tuvimos que sentarnos por separado. Mis primas, mi hermano y yo, a la mesa de los niños.
En principio nos lo pasamos bastante bien. Gremlin1, la mayor, nos enseñó una aplicación de móvil en la que metías un nombre y empezaba a soltar insultos hacia él. Algunos eran obvios, pero otros resultaron muy originales. Obviamente, solté un discurso acerca de como eso degeneraba de forma indignante el arte del insulto. Algo así:
El insulto es un arte, no algo que se pueda poner en una aplicación. Es una muestra y exhibición de ingenio que consiste en utilizar las debilidades y complejos más íntimos del otro para hacerle sentir mal consigo mismo. Un móvil no puede hacer eso. Sería sólo un complemento para una de las más grandes tradiciones españolas, por muy gracioso que sea lo de "Eres tan feo que tu madre, para no verte, te daba el biberón por el culo".
Bueno, vale, no fue exactamente así porque no tengo memoria eidética como Sheldon Cooper, pero el mensaje, el tono y el espíritu eran exactos.
No tardó en cansarnos, de todos modos. Bueno, y que amenazaron con quitarnos el móvil. Lo último también tuvo que ver. Por lo que, mientras esperábamos nuestras hamburguesas --ellos-- o ración de patatas --la que escribe--, Gremlin1 propuso jugar a lo que la gente aburrida y con un punto malvado a jugado desde los siglos de los siglos: "prueba o verdad". Lo sé, lo sé.


¿Jugar a "prueba o verdad" con dos primas malvadas y cotillas? ¿En qué estaba pensando? Pues, sinceramente, en el aburrimiento. El aburrimiento es veneno, ¿vale? Veneeeeeeeeno. Y yo, por fuerza, tenía que ser más malvada, perversa y aguda que mis primas pequeñas. Después de todo, el test de Once Upon a Time me dio a Regina y el de Supernatural a Zacharias. No estoy de acuerdo con el resultado de esos test, dado que obviamente soy Belle o en todo caso Rumple en Once Upon a Time y Crowley en Supernatural, pero esos resultados estaba contaminados, después de todo, por mi intrínseca maldad. Consideré que estaba capacitada para aplastarlas, aunque sin hacerlas llorar porque después me las cargaba yo.
Gremlin2, la más mala de todos en sus once años de edad, decidió que fuésemos de mayor a menor. Claro, como es la pequeña...
La primera pregunta, para la que escribe, fue darme una lista de nombres entre los que tenía que elegir para enrollarme. Uno era un idiota de los que daba grima, otro uno que estaba indecentemente bueno pero que era idiota y creo que algo gay, otro mi mejor amigo de la infancia y otro mi mejor amigo actual. No os diré cual elegí, por si acaso.
En todo caso, Gremlin1 eligió prueba. Yo le trolleé vilmente porque es una opción estúpida y le hice comerse una rodaja de naranja y dejarse el borde en los dientes, que debía enseñar a la camarera. Lo hizo. El Niño se puso a cuatro patas y ladró. Los adultos ni se enteraron porque estaban muy ocupados, sólo Mi Señora Madrina nos hacía algo de caso para abrirnos los sobrecillos de ketchup. En serio, en ese restaurante los compran defectuosos aposta o algo. Cuando iba a decir la prueba de Gremlin2, Gremlin1 se me adelantó y le mandó mancharse la nariz con el ketchup. Sí, Gremlin1 es mala, pero no muy creativa. ¿Veis lo que hacen esas aplicaciones?
Después de otra ronda de la que ya no me acuerdo, llegamos al meollo del asunto: mi tercera "verdad".
Ellos ya estaban algo cabreados por que no eligiese prueba, ya que les dificultaba vengarse de mí, y llegó un punto en el que me cabreó. Así que me salté el juramento de decir la verdad, puesto que ellos se habían saltado el de obedecer a las pruebas que se les mandasen y ninguno se metió el cubito de hielo por la camiseta.


Qué fácil es ver los toros desde la barrera... ¬¬

Me preguntaron si me había morreado alguna vez. Ahí comenzó el show.

Yo Misma: No, por supuesto que no.
El Niño: ::tonito de idiota:: ¿Ni con Nombre Aleatorio?
Yo Misma: No, nunca. Es decir ::titubea::, eso no fue un morreo.
Gremlin1: Mientes ::gesto aburrido::.
Yo Misma: ¿De qué hablas? No fue un morreo. Sólo... Un beso.
Gremnlin1: ¿Ah, sí? ¿Con quién?

Yo quería elegir a Deker, pero era inglés y no colaría. Y a Álvaro, pero es que ya conozco a uno y no quería que tenga lugar a confusión. Así que me lancé a la piscina:

Yo Misma: Felipe.
Gremlin1: ¡Ja! ¿Cómo el príncipe?
Yo Misma: ::reflexionando:: Yo lo habría asociado más bien a los reyes del Siglo de Oro o al  príncipe de La Bella Durmiente.
Gremlin2: No había ningún Felipe en tu clase.
Yo Misma: Porque no iba a mi clase.
Gremlin1: Tú nunca sales, así que no puedes haberle conocido en otro sitio.
Yo Misma: ::reflexionando:: Cierto. ::en voz alta; improvisando:: Era un amigo de Amiga Random, ¿vale? Habíamos quedado para ir al cine y le invitó sin avisarme. Sólo nos dimos un beso, no he vuelto a saber de él.
Gremlin1: ¿Cómo era?
Yo Misma: ::falsamente azorada:: Muy guapo. Tenía un hoyuelo en la mejilla cuando sonreía ::larga explicación a tres bandas de lo que era un hoyuelo, dado que mi hermano no tiene mucho vocabulario::, unos ojos castaños muy bonitos y el pelo algo largo ::suspira::.
Gremlin2: ¿Te besó él?
Gremlin1: ¿Cómo fue?
El Niño: ¡Tienes novio!
Yo Misma: ::ignorando a El Niño:: No, le besé yo a él.
Gremlins: ¿¡En seriooooo!?
Yo Misma: ::agradeciendo el fanfic y las novelas románticas:: Es decir, yo me acerqué a él primero, él se acercó más a mí y... Bueno, nos besamos.
Gremlins: ::en plan Summer Nights:: ¡Cuenta más!



Yo Misma: ::fingiendo estar molesta:: ¿Qué queréis, que os lo cuente como si fuese una novela romántica? Yo me acerqué a él sintiéndome inquieta por su cercanía, él comprendió lo que quería y respondió del mismo modo. Nos besamos sintiendo una corriente recorriéndonos. Él palpó mi labio con la lengua y yo respondí a su muda invitación abriendo los labios, uniéndonos en nuestras bocas embebidos por la pasión.
Todos: ::se despiporran::

Cuando revelé la verdad ninguna de mis primas se sorprendió porque no se lo habían creído. Aunque a Gremlin1 la tuve por un momento. Mi hermano sí se mostró sorprendido porque es más inocentón y no nace.
Declaro desde ya, que no pienso pagar derechos de autor. Lo siento, Magik, considéralo un pago por esos cupcakes y pasteles que exhibes y yo no he probado. =P

Bueno, espero que os hayáis reído un poco, aunque sé que la entrada es corta. ¿Que queréis? Cuando nos fuimos a tomar un café yo me cogí una revista y les ignoré vilmente.
Un placer relataros mi vida, maestros del frikismo ;)

viernes, 16 de mayo de 2014

Cosillas y Glee VS. The New Normal

Hola, maestros del frikismo.
No, hoy no hay signos de exclamación. Porque estoy muerta. No muerta en plan:

¡OMG, me caigo muerta!

Sino en plan:

Época de exámenes.

Y, por eso, la semana pasada no ha habido entrada. ¡La primera vez en la historia del blog que no la ha habido! Que queréis, el griego es chungo.
En todo caso, que tengo que aprovechar esta semanita de paz que viene. Bueno, paz. Tengo que leer un libro y hacer un trabajo, pero no hay exámenes.
Algo es algo.

Sé que tocaba Alanis, pero...
...
Es que no me ha dado tiempo ni ha tocar la libretita de escribir. Y todo lo que he escrito me ha quedado mal y de vergüenza así que, nada. Tendréis que esperar. Comprendedme, ni siquiera yo tengo muy claro que va a pasar a continuación, claro que, de todos modos, en Alanis nunca he tenido planes.

Y, para que perdonéis mi, por otra parte, imperdonable falta, he cambiado el diseño del blog. Vale, he puesto una imagen de cabecera en la que, encima, hay marcas de edición. Lo siento. Pero no me digáis que los muffin, la pluma, el fotograma y la máquina de escribir no son chulos. Me definen divinamente.

En otro orden de cosas, la diosa Magik, cuya grandeza es inabarcable e inmedible, me ha pasado el mejor anuncio del mundo mundial de la serie más Crack del mundo mundial. Y no, no hablo de Supernatural. Hay algo que lo ha superado en Crack. No arqueéis la ceja, desconfiados. Os juro que es super-mega-hiper-ultra-crack. La serie se llama Galavant:


Sí, es un cuento de hadas. Y una comedia. Y un puto musical. Lo sé, lo sé. Yo también estoy emocionada.


Y encima, el rey, aparte de ser un cabrón graciosillo y bailarín, es Lassie. Sí, Carlton Lassiter, de Psych. Sí, Caín, de Supernatural. Sí, ese actor suertudo que vive rodeado de maromos de ojazos verdes. Le guardo rencor. Soy muy envidiosa.
¿Magik no es AMOR por haberme pasado esa delicia? Sé que lo es, pregunta retórica.

Vale, y ahora a lo que vamos.
He decidido hacer una mini-competición. Sí, una especie de concurso. No, no voy a sortear nada, no os ilusionéis. ¿Qué? No tengo mercadashing para mí, voy a tener para vosotros. No me hagáis reír.
He oído algunas cosas acerca de Ryan Murphy. La gran mayoría entre lágrimas. Y he descubierto que él dirigía una serie que yo ADORABA en mi tierna preadolescencia de noches viendo Clan: Popular. Así que, voy a darle a ese, al parecer, sádico cabrón malvado, una oportunidad.
Tengo cargando dos capítulos de dos de sus series. Una, es Glee. La otra, The New Normal. Veré ambos pilotos y juzgaré cuál me va más. Y vosotros lo sabréis porque, bueno, mi plan es poner a continuación las reseñas de ambos.
¿Quién ganará? Pos' ni idea. Glee tiene una fama, que supongo que estará ahí por algo. Pero The New Normal va de slash y bebés. Todo el que lea Alanis sabe que eso me tira mucho. Claro que Glee es un musical. Claro que The New Normal es slash.
Ya veremos.

Glee 1x01: Piloto

El episodio empieza con una actuación del equipo de animadoras. Unas zorras malas. Como todas las animadoras televisivas, seamos sinceros.
Pero la historia trata de un profesor de español que quiere volver a encumbrar el coro de su instituto, que ha caído en desgracia. Me permito un inciso para preguntarme si mis profes de inglés suenan así para los que saben el idioma, porque si es así, todo lo que dicen acerca de la pronunciación es muy hipócrita. Cuando echan al actual encargado del coro, él se ofrece para hacerse cargo, a pesar de que no se lo ponen muy fácil. Aun así, todos los chicos del coro cantan bastante bien. Lamentablemente, son un desastre. Es difícil tener buenas coreografías cuando el solista masculino va en silla de ruedas, se lo admito a Diva. Sí, no me sé sus nombres y les llamo por apodos. No me juzguéis. ¿Y qué hace el profe? Pues intentar enrolar a muchos chicos populares. Ja. Éste no ha visto una serie de adolescentes en su vida. En todo caso, habla con los profesores y La Monilla le da la solución: el adolescente medio es idiota y sigue a los populares dando saltitos y palmadas, si mete a un par de populares en el coro, el resto les seguirá. Cabe decir, que su discurso en los vestuarios masculinos acerca de porqué entrar en el coro me emocionó. Que uso de la palabra. Cuanta pasión. Ahora en serio, yo también pasaría de lo que quisiera decirme si intentase convencerme con algo en plan:
"El coro necesita chicos. Os dejo esto ahí para que los que queráis podáis apuntaros."
De vergüenza ajena.
Pero, cuando se siente mazo mal, ya que en vez de apuntarse han escrito obscenidades en la lista, oye una voz procedente de las duchas. Y es que un miembro del equipo está dándolo todo mientras se enjabona. Que yo también canto en la ducha, oye, pero no bailo ni me monto coreografías. El Profe se le queda mirando embobado de una forma que, al menos a mí, me inquietó un poquito. El Deportista no se pispa de nada y sigue ahí, cantando como si estuviesen en Greasse. ¿Y qué hace para meterle en el coro? Oh, mete pruebas incriminatorias de tráfico de drogas en su taquilla. Lo siento, pero no sé si le adoro por ello o me da miedo. Muy nice todo. Encima se hace el bueno en plan:
"Veo mucho de mí en ti. No quiero que lo tires por la borda. Tienes que ofrecer mucho al mundo."
Así que le cambia las seis semanas de castigo, que constarían en su expediente, por entrar en el coro.
Es gracioso que lo primero que canten sea Greasse, porque estoy escribiendo esto a medida que lo veo y no lo sabía al hacer la referencia. O quizás no lo es. No sé, es que a mí me hace gracia todo.
Después de eso, como las cosas están yendo bastante bien y han dejado de apestar, el profe se prepara para llevarles de excursión. Primero se lo dice a su mujer, que me cae muy mal. No sólo es una pesada que compra demasiado y se dedica a hacer manualidades, sino que no entiende a su marido y fue cruel con él. Su apodo, a partir de ahora, será La Lela.
Y mientras El Deportista trata de ocultar que está en un coro y La Monilla nos deja claro que pierde las bragas por El Profe, Diva trata de ligar con El Deportista de forma obvia. En serio, ¿a los americanos no les han enseñado a ser sutiles? Por cierto, que El Deportista sea novio de la Animadora Célibe es descacharrante. Sí, queda mal que lo diga yo, que soy una chica, porque es ofensivo y bla, bla, bla. Pero, venga ya, en las series todas las animadoras comparten inicial con puerta, no se puede negar.
Al mismo tiempo, La Monilla trata de seducir al profe dándole un sandwich. Me recuerda a cuando en los animes las chicas les llevan la fiambrera al chico como muestra de amor. Je. Ella acaba sonsacándole sus problemas matrimoniales, que son que La Lela le presiona mucho, y aunque siempre ha apreciado eso puesto que le invitaba a ser mejor, ahora se pregunta en qué tiene que ser mejor. Su mujer quiere que deje la enseñanza, su vocación, y se dedique a algo que dé más dinero para que ella pueda comprarse tres escobillas de váter. Mema.
Se preparan para ver la actuación rival, y tú ya sabes que va a ser la hostia porque es lo que siempre pasa. No te prepara para la grandeza de sus adversarios. ¡Son buenísimos! Tanto el baile, como el vestuario, como la canción, te hacen flipar y aplaudir a lo bestia. Aunque te dan pena las caritas de los Glee. Pobrecillos...
Pero, después, el resto de neandertales del equipo se disponen a hacer pagar a nuestro pobre, pobre Deportista. Sí, su coartada se ha desmoronado porque lo han investigado y no pueden haber operado a su madre, ya que las mujeres no tienen próstata. Sí. Lo sé. Yo me quedé igual.

Siempre he querido usar este gif =3

Después de eso, nos enteramos de que La Lela está preñada. ¡Noooooo...! Necesitan efectivo y se supone que El Profe tiene que ir y hacerse administrativo. Que asco. Es decir, sentarte en una mesa y hacer cuentas ::se estremece::. Yo no podría. Y él tampoco. Vamos, ¡es un artista! ¡Un artista, os digo!
Los chicos se lo toman como una patada en el estómago, normal, aunque El Deportista aprovecha y se va por patas, ya que han sido muy chungos con él. Las balas de pintura duelen, ¿vale?
Relacionado con eso, sus "amigos", osease, Los Neandertales, meten a Ruedas en un baño portátil. ¡Qué mala gente! Le dicen que ahora es de los suyos de nuevo y que le han reservado el primer intento de volcar el baño para que les perdone. Yo flipo. En serio. Que asco de gente. El Deportista, que, por cierto, evoluciona en El Líder, les manda a la mierda. Les dice que todos son unos perdedores en esa mierda de ciudad perdida en el culo del mundo y que él al menos lo acepta. Y que va a estar en el equipo y en el coro al mismo tiempo porque le sale a él de los cataplines. Ole, El Líder. Ole.
Van al coro y allí pone orden, aprovechando las cualidades de cada uno para montar un espectáculo guay.
Y ese espectáculo, junto con la intervención de La Monilla, que es muy buena pero no tan tonta como para dejar escapar a un buen maromo y le hace chantaje emocional con un vídeo de su mejor actuación en el instituto, hacen que El Profe decida quedarse.
Por otro lado, lo que nos han contado de las vidas de Diva y Líder mola, pero quiero saber sobre la vida de Beyoncé, Ruedas, Pijo y Asiática. Sí, mis apodos son originales que no veas. Lo sé.
Yo le pongo a este capítulo un 8'5. Ha molado lo que no está escrito.



The New Normal 1x01: Piloto

Lo tiene dificilillo...
The New Normal es una buena serie, desde luego. La pareja mola mucho y es bastante real. Goldie --sí, en esta me sé bastantes nombres-- es mona, la niña guay y la nana es la hostia. ¿Una racista homófoga? Pues sí, pero ya cambiará. O algo.
En todo caso, el capítulo ha sido muy corto y me ha enganchado todo el tiempo. No he hecho pausas para escribir cosas ni nada de lo genial que ha sido.
...
Jo, es que no hay mucho que decir. Son una pareja que quieren un niño, encuentran madre de alquiler. La serie no es muy complicada, pero, desde luego, sí es tierna y monísima. No muy graciosa, pero enternecedora.
Le doy un 7'5, pero hay que tener en cuenta que es más corto que Glee y tiene menos carga dramática.



Y ya está. Siento la tardanza. Espero que no os hayáis dormido. Un placer, como siempre ;P

jueves, 1 de mayo de 2014

Cien años de perdón, cuatro en prisión y cuatro en el FBI

White Collar.
No, no me he currado la introducción porque sigo jodidamente impactada por el final de temporada. En serio.

Pero, os preguntaréis, ¿qué leñe es ahora White Collar? ¿De qué me estás hablando, muchacha?
White Collar es una serie. Una de las mejores series que he visto en mi vida porque tiene a uno de los mejores personajes que he visto en mi vida: Neal Caffrey.


Guapísimo pero de doler, inteligente, elegante, caballeroso, con talento para ligar, agudo, con sensibilidades artísticas, romántico, hábil... Si es que es perfecto. Pero perfecto, os digo. Y, ¿sabéis lo mejor? Hetero. Toma geroma pastillas de goma. Chachi. Un tío perfecto al que le van las chicas. Creo que voy a llorar de felicidad. ¿Hace cuanto no teníamos un caso como éste? Yo os lo diré: desde que pasamos de los dibujos animados a las series. Neal Caffrey representa todo lo que puedes querer en un hombre. Vale, representa todo lo que yo quiero en un hombre, pero esa no es la cuestión.
La cuestión, en realidad, tiene muchísimo que ver con la grandeza y genialidad de Neal, pero con un trasfondo distinto: la serie, en sí, es buena.
No es como, por ejemplo, True Blood. Osea. No es de las series que ves por un personaje guapo y que mola pero en realidad te alegra verla en el ordenador para saltarte las partes más aburridas e insoportables: casi todas. No, White Collar no tiene que ver con eso.


Algunos dirán que tiene una trama sencilla, es decir: antiguo ladrón de arte escapa de la cárcel para recuperar a su novia, el policía que le detuvo la primera vez le vuelve a detener, ambos acaban trabajando juntos para resolver los casos mientras el primero sigue buscando a su novia.
Parece sencilla, para algunos, y poco original. Para mí no, pero asumamos que me lo hubiese parecido en un principio: se os olvidará. Resuelven un caso por capítulo, todos interesantísimos y con su propia personalidad. Neal trabaja con Peter, el policía, y acaban ganando a los malos, a veces no de la forma más ortodoxa y siempre con la duda de si Neal está realmente en el equipo. La relación entre ambos es uno de los mayores atractivos, en mi opinión, que tiene la serie. No se pasan media hora con ellos enfadados y ofendidos o cualquier cosa de ese tipo para que veamos sus sentimientos y comprendamos lo complejo de su relación coffcoffSupernaturalConSamYDeancoffcoff. No hay un rencor sordo entre ellos por los años de jugar al gato y al ratón ni aspereza o mala hostia adormecida. Discuten, a veces falta confianza, pero están ahí y no dramatizan y se pasan el capítulo dándole vueltas. El eje central son los casos, casos encauzados por la búsqueda de Kate y de la caja de música; la relación entre Neal y Peter es, realmente, secundaria, es algo que se va desarrollando de forma lógica y perfecta capítulo a capítulo mostrándonos realmente a los personajes. Hay respeto entre ellos. Hay desconfianza, secretos, mentiras, dudas, engaños. Sí, hay todo eso, pero siempre con respeto. Con el respeto que, al menos a mí me gusta pensar, hay en el gremio. Respeto entre profesionales. Peter es el mejor efectivo del FBI. Neal es uno de los mejores ladrones de arte del mundo. No están en el mismo equipo, no están en el mismo bando, pero sí saben reconocer que el otro es bueno. Al menos, es como yo veo esa relación. Ha llegado a un punto en el que veo a Peter protegiendo a Neal, tanto de las amenazas externas como de sí mismo, de una forma ligeramente paternal. Un paternalismo implícito, simple, en plan tutor-maestro aplicado a compañeros. Hay cariño, por supuesto, pero no se trata de abrazarse en cada escena, se trata de una relación entre compañeros en la que Neal necesita un guía aunque no lo sepa. Quizá. No sé, es la forma en la que yo lo he visto, pero puede que sea porque ese tipo de cosas me encantan.



También hay más personajes en escena, claro. Está, por ejemplo, El. Elizabeth es genial. Es maravillosa, en serio. Las mujeres de los policías suelen reducirse a: "¡No has venido a cenar!", "¡Estás tan metido en un trabajo que te olvidas de nosotros!", "No puedo seguir así, durmiendo sola por las noches preguntándome si estás tirado en una cuneta con un tiro entre los ojos.", etc. Que sí, entendible. Pero abuuuuuuuuuuurre. Mucho. Elizabeth, en cambio, es una mujer inteligente, comprensiva, que entiende a su marido y le apoya. Tiene su propia empresa para organizar eventos y sabe arreglárselas por sí misma, sin necesitar a Peter en cada momento. Su relación es fuerte, sana y bonita sin resultar nunca empalagosa. Y con Neal es genial. Eso para mí es fundamental.

Sí, he elegido la imagen aposta para que veáis lo mona y guay que es.

Mozz, por otra parte, es el secundario de Neal. Es un gran amigo suyo de su época como ladrón, un falfisicador excelente e increíblemente paranoico y... Es Stanford. Sí, el gay de Sexo en Nueva York. El musculitos bajo que hablaba como una marica mala no, el de gafas y camisas rosas. Os lo digo porque a mí me sorprendió y tal. En todo caso, desprecia al FBI, viéndoles como enemigos, pero está dispuesto a tratar con ellos por Neal. Es un gran amigo, por eso y por más cosas, y un profesional como la copa de un pino. Bastante paranoico, aunque ya lo he dicho me veo en obligación de recalcarlo, soberanamente inteligente, profesional y fiel a sus amigos; con eso podríamos hacer un retrato de un personaje algo excéntrico, pero que adoras. Yo lo hago, al menos, aunque sé que ganarme a mí es fácil.


June, la dueña de la casa en la que vive Neal, sale poco pero en todas sus apariciones está genial. Magnífica. Y los demás polis del FBI salen más, aunque con intervenciones pequeñas, y molan también.

Y luego están los casos. Los casos son interesantes, individuales y muy entretenidos. Me gusta, sobretodo, la forma de tratarlos. Neal es el que ha estado dentro, el indudable protagonista de la serie, al fin y al cabo. El que sabe quién es quién y el que intuye como podría moverse el malo. Pero, y esto es lo importante, Peter es un agente del FBI profesional y que sabe hacer su trabajo. Vamos, que no va a remolque preguntando: ¿Adónde vamos, Neal? ¿Por qué, Neal? ¿Qué podrían querer con eso, Neal? ¿Estás diciendo que cómo has ido cinco minutos al baño hemos dejado escapar a un criminal peligroso y que no ha ido al Starbucks a por café para todos, Neal? No, Peter es inteligente --después de todo, consiguió atraparle, ¿no?-- y sabe lo que hace, muchas veces incluso salvándole el culo a Neal. Por supuesto, se lo salvan mutuamente, pero es una novedad ver que los policías no van detrás con cara de nada y sin saber muy bien que hacer más allá de asentir y obedecer.
Y, que leñe, que si no me habían ganado con su huida de la cárcel --¡lo habían hecho!-- me ganaron con el primer malo. ¡Crowley, plebe! ¡Crowley!


Grandísimo y genialoso en toda su gloria.

¿Qué más podría decir? Ah, sí, que Neal, a veces, lleva uno de esos sombreros antiguos. Si tenéis ovarios, preparaos para que se derritan.



Yo la recomiendo encarecidamente: es muy grande y está muy bien hecha, los personajes están bien cuidados y perfilados y las tramas saben interesarte. Vedla, copón.

(SPOILERS White Coller; temporada 1)

Han volado el avión.
Me pregunto si Kate ha muerto o no.
Estoy flipando.
El FBI es malvado.
Deberían haber escuchado a Mozz sobre los trajeados. No es tonto.