miércoles, 31 de diciembre de 2014

La elegida de la muerte.

Sé que hace casi dos meses que no me paso por aquí, pero la verdad es que he estado muy ocupada. Entre el bachillerato, la escritura de mi novela, las novelas ajenas que he leído, las series que he empezado, las series que sigo, las películas y que parece ser que existe gente dispuesta a soportar mi compañía de forma voluntaria (yo estoy más sorprendida que vosotros) no he tenido un momento.
Pero no vengo aquí, el día del fin de vuestro año, a excusarme. (¿Se ha notado la referencia a El padrino?) Eso sería irrespetuoso con vosotros, maestros del frikismo, y ya sabéis que yo soy una niña muy educada. Una de las razones por las que no he publicado ninguna entrada era que no tenía nada que decir y hacerlo sería perder vuestro tiempo y el mío. Después de un tiempo, pasó lo contrario: demasiadas cosas que decir. Once Upon a Time, Lost Girl, The Librarians, Jane The Virgin, The Good Wife... Muchas series maravillosas que todo el mundo debería ver. ¡Y películas! El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos, ha estado bien. No muy bien, pero bien. Puede que porque me fijase más en Legolas, Thorin y Kili que en el resto de la película, pero eh, con el dineral que me he dejado lo mínimo era poder disfrutarla.
No vengo a hablaros de nada de eso.  Vengo a hacer la reseña de una novela: La elegida de la muerte, de Virginia Pérez de la Puente.

Ya sabéis que adoro contaros mi vida, así que os explicaré como me enteré de la existencia de esta novela antes de hablaros de ella. (SPOILER: me gustó. Obviamente. O no estaría reseñándola porque las cosas que no me gustan no se merecen que pierda mi tiempo.)
Como sabéis, dado que no pierdo ocasión de mencionároslo, estoy escribiendo una novela de fantasía épica. Es decir: mundos imaginarios, una misión que cumplir, novela coral, política medieval, mucha magia, etc., etc. Y, a pesar de ello, podemos considerar que soy una analfabeta en este terreno, porque, aunque lo adoro, no he leído mucho fuera del catálogo juvenil y no estoy en contacto con nadie que siga ese tipo de literatura. Pues bien, un día estaba yo por twitter, como suelo estar yo, porque ya sabéis que me paso el día conectada aunque esté haciendo otra cosa, cuando me di cuenta de que mi número de seguidores había aumentado. Curiosa, fui a ver quién era el nuevo y me la encontré a ella: Virginia Pérez de la Puente. Siguiendo mi procedimiento habitual, me fui a cotillear a su perfil para saber quién era esa tía y, en seguida, me di cuenta de qué era una escritora de fantasía épica española, osease, lo que yo aspiro a ser. Por supuesto, eso supuso que cotillease con más ahínco, por si podía rapiñar algo que me fuese útil a mí (no en las tramas ni en los personajes, claro, pero rapiñando aprendes muchas cosas; os sorprenderíais). Y no sólo quise mangarle su diseñador de portadas, sino que me di cuenta de que sus novelas tenían muy buena pinta. Así que me leí los capítulos gratis por Internet.
Después de largos meses esperando a la Navidad y sufriendo por las ganas que tenía de leerlo, he conseguido el primer ejemplar. Virginia lo tenía muy difícil conmigo. No sólo me había metido bastantes spoilers por mi cotilleo indiscriminado, con ver todos los fanvideos, todos los fanarts y pasarme a visitar el foro, sino que llevaba un par de meses esperando y creándome expectativas. Por si fuese poco, no lo leí como fangirl desatada, qué es como suelo leer yo (para más señas, los comentarios que le hago en twitter a Magik sobre la trilogía que está escribiendo: son todo mayúsculas y reivindicaciones de shipps), sino como intento de escritora. Creeréis que no es muy diferente, pero sí lo es. En primer lugar, porque como fangirl soy capaz de tragarme casi lo que sea y salir bastante satisfecha (es decir, no me desagradó 50 Sombras de Grey, imaginaos el alcance de lo que os estoy diciendo) y en segundo lugar, porque iba a estar comparándolo cada cinco minutos con Canción de Hielo y Fuego, Los príncipes Perdidos, Crónicas de un asesino de reyes, Crónicas de Geralt de Rivia y mi propia historia.
Pues bien, La elegida de la muerte ha conseguido cumplir bastante bien mis expectativas. Diréis que "bastante bien" no es mucho. Yo os explicaré que cuando me creo expectativas, lo hago a lo bestia y son casi inalcanzables: Shakespeare cumple medianamente bien mis expectativas. La novela me ha encantado y la recomiendo muy, muy mucho.


La apasionante fantasía épica de una guerrera enfrentada a su propio destino.

Issi, una mercenaria, camina por un campo de batalla cubierto de cadáveres tras una batalla entre Thaledia y Svonda. Entre los muertos hay una niña moribunda. Cuando se inclina para verla, la niña posa un dedo en su frente e incrusta mágicamente en su piel un símbolo plateado, el Öi, antes de morir. Pronto empiezan a suceder cosas inexplicables relacionadas con la muerte, que le provoca un placer casi sexual. Issi comprende que no puede ignorar el Signo, puesto que el Signo no se deja ignorar, otorgándole un poder que no desea. Y poco a poco el Signo se va revelando como algo mucho más poderoso, y mucho más terrorífico, que el simple dibujo que al principio había creído que era.

Los reyes de Thaledia y Svonda están muy interesados en localizarla, uno para hacerla desaparecer, el otro para utilizarla, mientras bregan en un soterrado juego de dominio. La guerra entre los dos países, las luchas internas y el juego político, el conflicto bélico, reflejan el conflicto que enfrenta a la Vida con la Muerte: la inevitabilidad de la Muerte y su unión inextricable con la Vida, que las convierte en enemigas y, al mismo tiempo, en hermanas.


La elegida de la muerte como ejemplo de escritura tiene mucha miga: las citas de libros propios de ese mundo al empezar los capítulos (cosa que también pasa en La sangre de los elfos (aunque al final de los capítulos) y que a mí me gustó tanto que lo he imitado), los capítulos cortos desde el punto de vista de un personaje y ordenados cronológicamente, la preciosa narrativa, las magníficas descripciones, los personajes estructurados y creíbles, la trama en sí, el acierto con el que va hilando las distintas historias... ¡Todo es genial! Ahora, La elegida de la muerte como novela en sí, es impresionante. Y sí, ahora doy la vez a mi vena fangirl, porque tenerla retenida durante la historia fue imposible.
Intento de Escritora: Te toca.
Vena Fangirl: Muchas gracias ::sonrisa desquiciada::
Intento de Escritora: No destruyas el blog ::la amenaza con un dedo a lo Rotenmeier::.
Vena Fangirl: No prometo nada ::risa escalofriante::.
Vale, lo primero que tenemos que dejar claro es que Adelfried es mío. Bueno, no, es de Virginia. Pero en el fandom me lo he pedido yo antes. Mío.
Bien, ahora que hemos dejado claro este punto y, así, evitado guerras sangrientas e innecesarias por el rey de Thaledia, vamos al meollo del asunto.
Ya en la reseña de Deus ex Machina (leedla, insensatos) separé trama y personajes, diciendo que estos últimos eran mejores que la trama, a pesar de que el argumento era genial. En La elegida de la muerte pasa lo mismo. La historia es genial, el mundo es tan realista y detallado que me ha hecho sentir vergüenza se mis propios escenarios y la gran batalla entre la vida y la muerte es un clásico, sí, y un clásico que funciona aunque se repita bastante. (¿Qué eso no existe? ¿Cuántas veces han exterminado la raza dalek en Doctor Who? Ah, eso pensaba...) Ahora bien, los personajes son tan épicos y maravillosos que barren a la trama, convirtiéndolo en algo secundario.

En primer lugar tenemos a Issi, diminutivo de Isendra, que es una mercenaria thaledii que "no trabaja gratis". Hará incapié en ello, comprensible porque en la Edad Media no existían los sindicatos. Bien, pues Issi es una chica dura que, en realidad, no es tan dura y está más rota y frágil que los muñecos sorpresa de los huevos Kinder por un motivo que no viene a cuento. Issi recibe el Öi, símbolo de la muerte, por puro azar, convirtiéndose en la öiyya. Como eso es un marrón curioso, y rozar el orgasmo múltiple cuando alguien se muere está considerado de mal gusto, se mete en una odisea para tratar de sacárselo de la frente.
Issi puede llegar a cansar un poquito durante la historia, pero me cayó muy bien. Puedo empatizar con ella, ponerme en su lugar, y es una protagonista que, si bien sufre un porrón, también trata de ser fuerte y de no pasarse el día llorando. Lo que es de agradecer.

En segundo lugar tenemos a Keyen, al que yo adoro sinceramente. Maromo de ojos verdes, bastante canalla, dedicado a negocios criminales y que tiene salidas impresionantes y divertidísimas: parece que lo han hecho a mi medida. Keyen es un carroñero, uno de los hombres que aparece cuando la batalla ha terminado y saquea a los muertos sin ninguna vergüenza o remordimiento. Vive bien de ello y está feliz con su vida hasta que su camino vuelve a cruzarse con el de Issi, a la que ya conocía, y se embarca en la aventura de librarse del Öi cuando no tiene ni conocimientos ni mucha libertad. Cabe decir que Keyen está coladísimo con Issi y siempre hace lo que ella dice. Algunos le consideran un pagafantas. Yo creo que, como mucho, es un poquito calzonazos. Pero un calzonazos molón. Y eso cuenta.

En tercer lugar (sí, el orden me lo estoy inventando), tenemos a Tije. Tije sabe más de lo que dice y está en todas partes. Sí, en todas. No dicen directamente que es ella en cada ocasión, pero cualquiera con un cerebro lo deduce. Tije es una constante en la historia, lo sabe todo y lo controla todo. Para mí, es una personificación del azar, pero la autora lleva tres libros y la gente sigue debatiendo, así que es una mujer polémica. Y de ojos iridiscentes. Nos lo destacan mucho y yo no tengo ni idea de como imaginármelos.

En cuarto lugar, tenemos a Adelfried (sí, estaba deseando poder hablar de él). Adelfried es el rey de Thaledia y es un puto dios bajado a la tierra. Literalmente, aunque en el libro no se diga. No se puede molar tanto como Adelfried, en serio. Adelfried tiene que tratar con nobles traviesos, intrigas cortesanas, una guerra que ya dura seiscientos años y con su propia mujer. ¿Habéis visto El rey león? Pues la escena en la que Scar dice: "Estoy rodeado de idiotas..." poniendo los ojos en blanco está pensada para Adelfried. Es irónico, seco y sarcástico, buscando la parte divertida a todo con esa burla ácida que a mí tanto me ha gustado siempre. Sólo decir que es impotente y aun así quiero casarme con él.

En quinto y sexto lugar, tenemos a los amantes de Teruel. Tonta ella y tonto él. Estos dos bobalicones, también conocidos como Thais y Adhar, son la reina de Thaledia y el señor de Vohhio. Nacen de un intento de la autora de parodiar el triángulo amoroso de Arturo-Ginebra-Lanzarote que, obviamente, resulta. Su exquisita y ácida pluma dibuja una historia de amor perfectamente orquestada que, si eres romántico, te resultará enternecedora. Si no lo eres, puedes unirte a mí y a Adelfried y poner los ojos en blanco. Disfrutarás especialmente de la escena de la barbacoa, cundo tú gritas al libro un "¡Oh, vamos!" ante la estupidez de Adhar, siendo secundado automáticamente por Adelfried y su "Oh, venga ya. Sacadlo de ahí." Sí, sé que debo hablar de la pareja y no del rey. Dejadme, él es maravilloso.
En definitiva: ellos se quieren un taco. Podemos saberlo en los sucesivos e interminables "Esposo mío/Esposa mía". Yo me lo pasé pipa con ellos.

En séptimo lugar tenemos a un ídolo. El personaje que ha levantado multitudes. El único que tiene un grupo en Facebook de fans locos por su grandiosidad. El que roba la novela teniendo dos únicas escenas. El jinete del caballito de madera. El emperador de Monmor. El emperador de Monmor es un niño que juega con su caballito de madera sobre los reposabrazos de su trono. Siendo pequeño e inocente, deja que sus consejeros dirijan el país, poco preocupado por la política que no le deja jugar. O eso es lo que nos venden. Eso es lo que QUIERE que creamos. Eso es lo que sus consejeros, idiotas, se creen. Y se equivocan. ¿Ese niño? Un genio del mal. Un genio de la estrategia y la política que se las apaña para dirigir un imperio y llevarlo a la gloria sin que los demás se den cuenta de que lo está haciendo. Dos escenas contadas. Quedará impreso en tu mente. Hará que te recorran escalofríos. En Monmor creen que sus emperadores son la personificación de los dioses: eso sólo nos indica que la llegada de este emperador en concreto estaba profetizada.

Ah, sí, se me olvidaba. En octavo lugar está Carleig, rey de Svonda. Carleig es idiota, os lo adelanto porque, de todos modos, los extremos a los que llega en su idiotez os sorprenderán igual.

Hay más personajes, pero no quiero meteros spoilers indiscriminadamente, así que finalizamos: La elegida de la muerte es una novela inteligente, con una narración preciosa y unos personajes únicos y creíbles. El que Virginia, que además es majísima, haya tenido tantos problemas para publicar sus obras sólo pone sobre la mesa la podedumbre que recorre el sistema editorial. Yo quiero una casita en Tula, la capital de Thaledia. Y, encima, la próxima novela tiene pinta de ser más política y tratar más las relaciones entre los reinos, que siempre son mis partes favoritas, así que estoy expectante por leerla.
En cuanto llegue a mi librería.
...
Estoy deseando poder comprar en Amazon, copón.


PD: El verdadero misterio no es Tije, sino porqué me siguió Virginia en primer lugar. Así que 'enga, ve a adorarla como se merece y a comprar sus obras. Sí, tú, ser que estás leyendo esto. Te miro a ti. No, no cierres la pestaña y cómpralas.

PD2: Feliz año y todo el percal.

viernes, 7 de noviembre de 2014

"Ando mi camino solo. Porque, seamos sinceros... ¿quién estaría tan loco como para andarlo conmigo?"

Sé que llevo mucho sin publicar, pero tengo una excusa. Una excusa de peso: Segundo de bachillerato. El que lo inventó es un sádico y espero que Alistair se esté ocupando de él en el infierno.
Y es que no se trata tanto del poco tiempo que tengo para escribir entradas como del poco tiempo que tengo para ver cosas que contaros. Planeaba hablar de Supernatural, pero necesitaría tiempo para esa entrada y, adivinad, no lo tengo. Sí lo tengo para leer novelas de higlanders, pero vosotros sabéis que soy tonta y puedo ponerme a leer antes de un examen. Vosotros me queréis igual. Espero. Estoy sufriendo, ni se os ocurra darme malas noticias.

En todo caso, vengo con un poco de miedo, puesto que juzgar una serie tras dos capítulos es un poco precipitado, para hablaros de algo que me ha emocionado: Constantine.


Si bien comenté Outlander tras su primer capítulo, ya había leído el primer libro, por lo cuál tenía más criterio para juzgar. No os puedo decir si es una buena o una mala adaptación, así que no me preguntéis. Lo que sí os puedo decir es que mola un taco.

(SPOILERS Constantine; Hasta el 1x02)

Jonh Constantine es un exorcista, demonólogo y maestro en artes oscuras. Bueno, un aficionado ocasional. Es que no le gusta presumir. Cuando condena su alma por un error garrafal que atrapa en el infierno a una niña de nueve años, provocado porque cree que lo controla todo, decide dejar el mundillo. Ya que está condenado a una eternidad de sufrimiento, ¿para qué arriesgar su escaso tiempo de vida? Así que se interna en un manicomio y es desagradable con su psicólogo. Eso cambia cuando un demonio posee a una loca y le manda un mensaje: LIV DIE. Vamos, que Liv muere. Los demonios siempre escriben en mayúscula porque con lo raros que tienen los ojos no pueden leer las minúsculas, por cierto, por si teníais curiosidad.


En fin, Constatine le había prometido a un gran amigo suyo que cuidaría de su hija, a la que nunca se había acercado para no ponerla en peligro, pero que había heredado su súper-poder: la visión. Vamos, que ve el mundo exactamente como es, lleno de almas en pena y fantasmas y demonios. Su visión comienza a despertar, lo que es un faro gigantesco y luminoso para los demonios, que lo consideran una amenaza. Así que Constantine tiene que mantener a Liv viva, tratar con su desconocimiento por el mundo en el que vive y lidiar con sus propios fantasmas. Que los tiene. Muchos. Ese hombre necesita chocolate y un abrazo.  O antidepresivos directamente.

Esa es la trama que nos encontramos en el primer capítulo aunque, curiosamente, en el segundo Liv no sale y aparece Zed. Además de a ella, nos presentan a Chas, un tipo que al parecer es inmortal pero aún no sabemos la razón, a un genio de los ordenadores adicto a las pastillas porque una misión con Constantine le traumatizó mucho y a Manny, que es un ángel muy mal conseguido estéticamente porque sus ojos son raros y sus alas daban vergüenza.
Me imaginaba que la serie sería algo en plan Supernatural, pero nada más lejos de la realidad. Sí, en el segundo capítulo vemos como Constantine resuelve un caso con criaturas extrañas en una pequeña ciudad de américa, pero el ambiente, la estética y las sensaciones son completamente distintas. Supernatural, en comparación, parece el Mundo de la Piruleta. Constantine es desengaño, dolor, fantasmas en acoso constante y mucha nicotina, una ambientación sombría con notas tétricas. Incluso los golpes de humor encajan con la serie, pues es un humor cínico y carente de esperanza, provocados en su mayoría por la personalidad de Constantine y su grandeza.


Porque anda que Constantine no mola. Nuestro protagonista no tiene poderes de nacimiento, sino que aprendió en su adolescencia. Su madre murió en el parto y su padre le culpaba, así que le puso el cariñoso apelativo de asesino y le pegaba un puñetazo cada noche. Seguro que no recibió ninguna taza de "Mejor padre del mundo". En todo caso, Constantine quiere invocar a su madre por alguna razón, pero todavía no lo ha conseguido. Lo que sí ha conseguido tras leer muchísimos libros de ocultismo es un amplio conocimiento de criaturas malignas, de demonios y de hechizos y exorcismos. Y el acento británico y la gabardina le dan personalidad y le hacen molar incluso más. Lo que es difícil.

En conclusión: Constantine tenía una pintaza, pero ha superado las expectativas.

Y ahora, la ficha:
  • Lo mejor: El propio Constantine, que me parece un personaje complejo y original, lleno de sombras y matices, y del que estoy deseando descubrir más.
  • Lo peor: La estética que le han puesto al ángel no me gusta un pelo. No sé como será como personaje, pero no entra por los ojos. Menos mal que pliega las alas, porque duele verlas.
  • Lo más divertido: Cuando los loqueros entran en la habitación destrozada y Constantine se va tan tranquilo diciendo que ha sido la poseída. Me hizo mucha gracia xD
  • Lo más WTF?: La abuela con las cuencas hundidas vomitando ectoplasma negro. Eso ha sido raro de cojones.
  • Lo más bonito: He tratado de no mencionarlo, pero Matt Ryan. ¿Sabéis como le queda la gabardina? Ese hombre no es humano.
  • Lo más asquerosillo: ¿El ectoplasma negro de la abuela o las convulsiones del cadáver poseído? Quizá las cucarachas, pero a Chas le atravesó un cable de corriente eléctrica...

Moraleja: Si os gusta minimamente la fantasía urbana, tenéis que seguir esta serie.

PD: Y, para todo aquel que tenga buen gusto, ha empezado la sexta temporada de White Collar. Yo me voy a ver el primer capítulo y, si sabéis lo que es una buena serie, estaréis corriendo para verlo también.

viernes, 17 de octubre de 2014

"Abuelito, dime tú."

Sé que no ha habido balance. Puedo excusarme --y lo hago-- en que he estado enferma y que no he visto el de ayer, pero no es la única razón. La serie me hace reír por no llorar y no tengo mucho que decir cuando acaba el capítulo. Para eso, lo hago por twitter. Me frustra un poco porque era la oportunidad de tener una sección estable en el blog, pero bueno.
Hoy os quiero hablar de un tipo de personaje. Estaréis pensando que voy a seguir la misma línea que en mi última entrada y que os explicaré como se desarrolla y las utilidades que le puedes dar. Pues no. Esta entrada está escrita por una fangirl muy friki y con tendencias a Drama Queen. Me queréis igual. Supongo. Espero. ... Cómo sea.

Veréis, me di cuenta de ello mientras visionaba --por fin-- Star Wars. Llevo dos películas. Voy a mi propio ritmo.
En fin, que todo el mundo parece adorar a Obi-Wan Kenobi. Es como: "Oh, Obi-Wan, tu dominio de la fuerza es impresionante", "Oh, Obi-Wan, tu sable láser es taaaaan brillante", "Oh, Obi-Wan, sin ti Luke seguiría siendo un granjero paleto en un planeta polvoriento".
A mí me inquieta mazo Obi-Wan.
Y de eso vengo a hablar, de esos ancianos que siempre saben más que tú.


1. Dumbledore de Harry Potter:


Dumbledore era de mis personajes favoritos cuando leí la novela, pero tenía doce años así que no cuenta. Ahora me cae mal. Bastante mal. Y no sólo porque sea el indirecto responsable de la muerte de Sirius y porque fuese nazi, sino también por lo de sacrificar a Harry.
Es por un bien mayor. Lo sé. Lo entiendo. Me inquieta.
¿Hay en este mundo un ser más manipulador a excepción, tal vez, de Rumpelstiltskin, Meñique y los Corleone? NO.
Durante todo el cuarto año Sirius se las arregló perfectamente solito gracias a su transformación de animago, incluso aunque Colagusano ya les hubiese traicionado en la primera guerra, los mortífagos ya supiesen que era un perro negro gigante y todavía hubiese dementores en su busca. Pero en el quinto era obligatorio meterlo en Grimmauld Place. Por supuesto. ¿Y cuál es el motivo? Alejarlo de Harry. ¿Por qué? Porque Sirius es un mago competente. ¿Y en qué afecta eso a Dumbledore? En que va a anteponer a Harry al bien común y va a impedir que le manipule. Su resolución fue meterle en Grimmauld Place pues, conocedor como es de la psique humana, sabe que eso va a deprimir a Sirius. ¿Y qué pasó? Que funcionó. ¿Y qué hicieron los demás? Considerar que Sirius estaba intentado vivir a través de ellos y que el pobre diablo estaba perdiendo la cabeza, así que era mejor protegerle de sí mismo. Pero sin sacarle de Grimmauld Place ni echar al elfo, ¿eh?
Yo habría matado al elfo directamente.
En lo del nazismo no voy a entrar, pero, ¿los Dursley? Oh, ahí sí que me meto.
Dumbledore les entregó a Harry no sólo para protegerle, sino para que le hiciesen daño. Llevando una infancia de mierda, llena de traumas y desprecio y desdén y sin ningún tipo de amor, sería imposible que no hiciese cualquier cosa para salvar su primer hogar: el mundo mágico. Así que dejó que fuesen ellos mismos durante once años y que tuviesen al niño viviendo bajo una escalera.
Soy la primera que entiende el objetivo, oye, pero era un niño.
Por Merlín.

2. Agustín de Águila Roja:


Tenía catorce, así que en principio tampoco me dijo nada.
Pero es un ejemplo morrocotudo de lo que quiero explicar. Gonzalo le quiere y le aprecia. Agustín enseña a Gonzalo. Relación maestro-alumno súper chuli. Pero Agustín ocultaba cosas.
Ocultaba que Hernán era hermano de Gonzalo. Uy.
Ocultaba que Gonzalo era hijo del rey. Uy.
Ocultaba que Gonzalo tenía una hermano (aunque luego no lo tuvo y era hermana). Uy.
Ocultaba quién era la madre de Gonzalo. Uy.
Ocultaba que dicha madre estaba encerrada en las antiguas mazmorras de Torquemada. Uy.
Ocultaba que él era su carcelero. Uy.
Moraleja = El fraile mentía más que hablaba. No era de fiar.

3. Obi-Wan Kenobi de Star Wars:


Al principio estaba en ese planeta perdido de la mano de Dios y polvoriento en el que, curiosamente, también vivía Luke. ¿Coincidencia? No lo creo. Y luego se pone ahí, a enseñarle a Luke a usar la fuerza, que le responde de inmediato. ¿Coincidencia? Sabemos que no porque es el hijo de Anakin. Y él también lo sabe.
Que sí, que parece poco, pero, ¿recordáis su muerte?
"Si me matas, me volveré más poderoso de lo que te es posible imaginar."
Y sonríe cuando Luke le llama, dejando que Vader le traspase con la espada láser mágica. ¡Y desaparece! What the fuck!?
Vamos, que se dejó matar para que Luke odiase a Vader. Pero luego nos dicen que el odio es malo para un jedi. Pero luego nos cuentan que Vader es el padre de Luke. Así que el odio que le tiene por matar a Obi-wan se interpone entre ellos y nunca podrían colaborar. Osea, que estaba planeado. OSEA, que se dejó matar. ERGO Obi-Wan da muy mal rollo.
No me convenceréis de lo contrario.


Y es que podrían ser viejos que saben mucho y son maniupaldores sin intentar tomarnos el pelo, ¿vale? Cuando no intentan vendernos que son los maestros chupi guays tiendo a adorarles.

4. Rumpelstiltskin de Once Upon a Time:


Mirad a Rumpelstiltskin. Él sí que mola. Y dudo que exista en esta tierra un ser más manipulador que él. Fue capaz de predecir las acciones de todo el mundo durante siglos y manipularlas de modo que se acoplasen a sus planes. Manipulador tela. Mentiroso casi patológico. Malo despiadado. Personaje jodidamente brillante.
Él no inquieta, plebe, él mola.

5. Don Vito Corleone de El padrino:


Leí el libro este fin de semana y lo adoré. En serio. ¿Quién podría no hacerlo?
Cordial y familiar, pero no dado a las palabras de más. Racional y calmado, pero carente de escrúpulos. Poderoso y temido, pero tierno. Lo más importante es la familia, y es por ella por lo que se hacen las ofertas que uno no puede rechazar.
Es brillante, es manipulador --recordemos el grandioso momento en el que Johnny se da cuenta de que lo ha concertado todo para conseguir algo a cambio de lo que ha hecho por él, o ese en el que su plan y el de Mike sale a la luz-- y no es inquietante en absoluto. Porque pocos pueden molar más que Don Corleone: El padrino.


En resumen, hay que ser claros. Si es un personaje manipulador, véndenoslo, aunque sea al final, como un personaje manipulador. No le pongas medallitas de cartulina y hagas que los protas le llamen abuelito, leñe, que parecen tontos.

domingo, 5 de octubre de 2014

Escribir NO es fácil

En primer lugar quiero aclarar que sí, escribiré el balance del capítulo de Águila Roja. Mañana. O pasado. Antes del próximo Jueves. O el próximo Jueves en sí.
En segundo lugar, una amiga mía ha escrito un blog y debo comentároslo. Nobleza obliga, ya sabéis. Muy pro-británico todo, pero ese pueblo cuenta con mi aprobación porque sin él no tendríamos Sherlok, Merlin, Doctor Who o a Deker Sterling. Y el mundo sería un lugar aún más triste.

En todo caso, hace unos días leí algo por Internet que me mosqueó. Vosotros sabéis que yo me mosqueo con facilidad, así que no os sorprenderá mucho. El caso es que leí una entrada en la que el típico imbécil de turno afirmaba que, para un escritor vocacional, escribir es fácil y no un trabajo. Eso me cabreó bastante.


Últimamente está popularizado que si te gusta escribir no es difícil hacerlo, lo que es una gilipollez como una casa de grande.
Yo adoro escribir. Escribí mi primer cuento a los seis años y no he parado de hacerlo desde entonces, por mucho que ahora me avergüencen mis primeros intentos en la escritura. Tendré talento o no, pero os aseguro que ME ENCANTA hacerlo. Leer y escribir son cosas sin las que yo no existo como persona. Vivo por y para la ficción: novelas, fanfic, películas, series... ¡No puedo existir sin ella! Y os digo, con toda sinceridad, que es difícil.
Que te guste hacer algo, que te valga la pena invertir tu tiempo, energía y pensamientos en ello, no lo hace más fácil en ningún sentido. Es como si a un hombre le gusta la relojería. Cuando llega a casa después de un duro día de trabajo se pone a crear maravillosos relojes que te dejan sin habla y lo hace con una sonrisa. ¿Acaso diríais "¡Qué fácil es arreglar relojes!"? No, porque la relojería es complicada y que a él se le dé bien, no cambia eso.
En cuanto a escribir, es más o menos lo mismo. O sin el menos. La amiga que os acabo de comentar me dice de vez en cuando --cuando le comento mis andanzas de junta-letras, que ella escucha porque es amor-- que no podría escribir porque no tiene imaginación. Y la imaginación es una herramienta imprescindible para un escritor, oye, pero no es lo único necesario.
Uno se imagina una historia espectacular e impresionante, que se sale de serie y que puede interesar a un montón de gente. Pues eso, es el primer paso: la idea. Lamentablemente, no hay ninguna máquina mágica a la que podamos conectar nuestro cerebro para que drene esa historia y se ponga sobre el papel. O afortunadamente, porque la idea no vale para nada por sí sola. Pongamos un ejemplo, manido y aburrido, pero es el que se me ha ocurrido así a priori:
Una adolescente que vive con su madre se queda huérfana, descubriendo así que su padre sigue vivo y es un multimillonario que estaba casado cuando ella nació. Se va a vivir a su mansión y se enamora del novio de su hermana.
Bien, pues eso, que no llega a sinopsis, es la primera idea. Hasta ahí muy bien. No hay complicación alguna. Los problemas llegan cuando empezamos a poner las cosas sobre el papel.

Sabemos que la adolescente no es de una clase muy elevada y que su madre se muere y después aparece el padre rico. Podríamos considerar que la reacción es obvia, pero nada más lejos de la realidad: ¿Cómo es la chica? ¡No sabremos como reaccionará ni que hará hasta que lo decidamos! Ella, llamémosla Gertrudis, puede ser de formas muy distintas. ¿Es orgullosa? ¿Es dubitativa? ¿Cariñosa? ¿Distante? ¿Divertida? ¿Triste? ¿Extrovertida? ¿Introvertida? ¿Quería mucho a su madre? ¿Cómo era su relación? ¿Cercana? ¿Distante? ¿Cómo le afectaría entonces su muerte? ¿Y el conocer a su padre? ¿Le abrazaría y lloraría sobre su hombro? ¿Le mandaría a la mierda por aparecer tantos años después? ¿Qué haría? ¿Y por qué lo haría? ¿Y cómo afectaría eso a la trama? Y luego está el padre. ¿Es un buenazo o un padre severo? ¿Si es un buenazo dónde coño estaba mientras Gertrudis crecía? ¿Y si es severo y la niña se la trae al pairo porque va a buscarla y no le manda a la mierda? ¿Y la hermana, llamémosla Pancracia? ¿La aceptará o la odiará? ¿Y el novio, llamémosle Camilo? ¿Es un chico bueno y dulce o un cabrón del quince? ¿Si es bueno y dulce como puede jugar con las dos hermanas? ¿Si es un cabrón del quince porque Gertrudis se enamora de él? ¿Eh? ¿EH? 
La cosa ya no es tan sencilla cuando tienes que desarrollar a un personaje. ¡Y no puedes ponerte a escribir y lo que te salga! No. No puedes. Porque, cuando son personajes principales, tienen que adecuarse a la acción. Si Gertrudis se va a pasar la novela como un alma en pena por el amor de Camilo, no puede ser fuerte, inteligente y práctica. No encaja. Si Camilo no va a parar de dudar entre las dos hermanas, no puede ser directo y resolutivo. Si la hermana no se va a pispar de nada, no puede ser inteligente e intuitiva. En esto contrastan los secundarios, puesto que por norma general, sólo deben ser extrovertidos para empezar a relacionarse con la protagonista recién llegada. Luego son todos tuyos. Puedes hacer con ellos lo que quieras. Algunos simplemente pasan y son peleles con nombres a los que los protagonistas lloriquean. Otros los desarrollan, se dejan llevar y se comen la pantalla.

Así deben sentirse un montón de pobres personajes secundarios.

Luego está la acción, porque no puedes hacer que a los personajes les pasen cosas contínuamente, ¿vale? No puedes pasarte la novela con saltos temporales. Camilo no puede decirle a Gertrudis que prefiere a Pancracia y en la próxima escena, una semana después, se vuelven a encontrar y lo resuelven. No, a los personajes les pasan cosas, pero deben lidiar con ellas. ¡No puedes saltar a cuando lo resuelven o lo superan! Sería más práctico, pero el lector sentirá que tu libro es un timo y se ofenderá. Esa parte es complicada, porque tienes que contar y hacer interesante algo que no importa realmente. Si Camilo pasa de Gertrudis, ella se sentirá mal y sufrirá. Tú lo sabes. El lector lo sabe. Y, de todas formas, tienes que contárselo. Tienes que conseguir que el lector se interese y atienda al relato de algo que es obvio, de algo que ya sabe.


Cuando la madre de Gertrudis muere, eso tiene que afectarle de alguna manera y a largo plazo, ¡no puede olvidarse de ella de un día para otro! Pero claro, si se pasa las primeras doscientas páginas llorando en cada escena porque la echa de menos, tus lectores --y seguramente tú mismo-- la odiarán y estarán de ella hasta la coronilla. Tienes que buscar el equilibrio para que las acciones de los personajes tengan sentido.
Y esa es otra.
¿Crees que tienes la trama perfectamente planeada? Pues vuelve a pensar. A medida que escribas, que pienses, que reflexiones, que leas y que conozcas, vas a tener nuevas ideas. Y esas nuevas ideas pueden ser fantásticas, puedes adorarlas, pero van a producir un cambio. Un montón de escenas que tenías planeadas han perdido el sentido y tienes que cambiarlas o, directamente, borrarlas. Y a llenar sus lugares otra vez. Porque tienes que conseguir que las escenas tengan sentido, que el desarrollo, tanto de la acción como de los personajes, sea coherente. Y eso no es nada fácil. ¿Sabéis esos puzles en 3D? Pues es algo parecido. Encajar las escenas es como ensamblar las piezas de un puzle de ocho millones de piezas diminutas. Con la excepción de que las piezas las creas tú. ¿Qué es más sencillo? Eso os creéis vosotros. En cuanto modificas una pieza para que se adecue a la anterior, la que encajaba con esa se ha ido al traste. Y así sucesivamente. Al final acabas sobre tu mesa de trabajo, llorando a moco tendido y con un tubo de superglú en la mano, untando las piezas por todas partes para pegarlas y poder acabar con esa tortura. Las piezas se despegan y caen y dan una impresión terrible y tú planeas tu suicidio.


Y una vez que has acabado. Que has escrito tu novelas, el trabajo no acaba: toca la revisión. No sólo ortográfica y gramatical, también a nivel de trama. Ahí ya estás jodido. Si creías que habías tenido difícil el rompecabezas, ahora descubrirás que hay TODAVÍA más cosas que no encajan. Así que, ahí estás, volviendo a revisar y a revisar, reensamblando todas las piezas para que la novela sea coherente.


Esto a grandes rasgos, ¿eh? Porque puede que sea una novela histórica. O en otra ciudad. O que uno de tus personajes sepa cosas que tú no. Entonces entra en juego la investigación y nuestra amadísima amiga: la Wikipedia. Pero vamos, que es un marrón curioso.
Y, cuando crees que todo está acabado y guardas la novela, te equivocas. Queda la última y grandiosa parte. Esa en la que la dejas olvidada en un rincón durante años hasta que la encuentras, te la lees, y te das cuenta de que es una mierda. De que la trama hace aguas. De que los personajes son planos y aburridos. De que las situaciones no tienen sentido. De que no es una historia original. De que se parece sospechosamente a esa novela que habías leído, o a esa película que habías visto o a esa serie que habías seguido. De que lo has arreglado todo metiendo una Mary Sue de mediadora. De que tiene tantos clichés que parece un badfic. De todas esas pequeñas cosas que te hacen borrar la historia, meter la cabeza bajo la almohada y recordarte que, después de todo, tú siempre has sabido que no conseguirías vivir de la escritura.



Así que el que opine que escribir es muy fácil, está cordialmente invitado a irse a tomar por culo. Le deseo un desgarro anal múltiple =D

PD: Puede que las situaciones estén un poquito exageradas, pero, a grandes rasgos, es todo verdad. Pensadlo antes de decir que escribir no es un trabajo y no merece retribución económica, porque ya veis que no es NADA fácil.
PD2: Ese es el tipo de cosas que te ocurre con una novela normal. Pensad en un formato más complicado, como el de George RR Martin, y entenderéis porque el pobre hombre tarda tanto en escribir.


domingo, 28 de septiembre de 2014

"Hernán. ... La última vez."

Pues, aunque la semana pasada no hice el balance --por vagueza, si yo lo admito--, este capítulo lo exigía. ¿Qué? ¿Que me retraso un huevo? No sé de qué me habláis.


Lo bueno y maravilloso y arco iris y demás:

-Hernán a caballo. Adoro el caballo y amo a Hernán. Además, la fotografía ha sido preciosa y eso siempre es algo reseñable, sobre todo en esta serie, que cada vez que es de noche yo no me entero de lo que pasa en pantalla.
-Las actuaciones de Javier Gutiérrez y David Janer, que han estado gigantes.
-¿Y lo poco que han aparecido Irene, Cipri, Margarita y Alonso? Así da gusto.
-El Dark Side ha estado enorme y ha tenido escenazas. Hernán reprendiendo a Lucrecia pero tratando por todos los medios de ayudarla. La marquesa, digna y altiva como sólo ella puede serlo a pesar del escándalo. Ellos dos juntos, con una química bestial y momentos en los que saltan chispas. GRANDIOSO.
-Catalina con su: "Antes muerta que escondida". ¡Dadle más chistes y menos drama, copón!
-Y Lucrecia con su: "Hernán, querido: ¿por qué no usas cadenas? Puesto a pasar el día como un fantasma detrás de mí al menos que se te oiga llegar." Magnífica.

Lo que es meh':

-Trama de Jesús, su descendencia, el Santo Grial, los Templarios y demás tonterías. ¡Paso! Aburre. ¡Traed otro asesino de niños y dejaos de hacer el cafre con las novelas de Dan Brown!

Lo que es maaaaaaaaaaaal:

-¿Todo el maldito capítulo con los niños muertos de aquí palla' y están tan ricamente? ¿En serio? ::les hace una peineta:: ¡Dejad el drama barato y avanzad en la trama!
-¿Cómo se atreven a herir a Gabi? ¡Es el único niño que nunca ha hecho nada para ganarse mi odio! ::saca la metralleta::
-Irene ha tenido una maldita frase en todo el capítulo y ha conseguido cagarla igual. Eso, tú métete con el orgullo masculino de Nuño. Enga', no te cortes. Si es que no se puede ser más mendruga.
-No puedo creerme lo que están haciendo con Mendoza. Lo están desperdiciando. ¡Qué es Mendoza! Por amor de los dioses, ¡se merece un respeto! ¡Dadle una buena trama!
-La reina da asco y grima y quiero que se mueran ella y su marido el inútil putero.
-¿CÓMO SE ATREVEN A INTERRUMPIRNOS EL REENCUENTRO DEL DARK SIDE ¡¡¡OTRA VEZ!!!? ¿ES QUE NO SABEN LLAMAR A LA PUTA PUERTA? Me cabreo.

Lo que quiero puntualizar:

-Tengo sentimientos encontrados acerca de lo de Nuño. Por una parte, su actitud con Hernán es para darle un sopapo con toda la mano abierta por gallito imbécil. Por otra, su reacción ante la ruina de Lucrecia ha sido impresionante. Aunque no sé si buena. Ha sido maduro, comprensivo y no ha hecho leña del árbol caído, lo que yo agradezco porque mi amor por la marquesa no tiene parangón y tal, pero eso se debe a que se siente impuro y una mala persona. ¿Por qué? Por lo de Irene.  Y es que todo lo que viene de Irene es malo y está podrido, copón. Espero que, ya que nos van a seguir vendiendo su amorío absurdo y asqueroso, lo utilicen para ahondar aún más en el personaje de Nuño y nos den una evolución trabajada y construida. O que mande a Irene a tomar viento fresco. Ambas me valen.

PD: Hoy no comento fotos porque, aunque podría sacar algo, sólo hay de la trama de los niños y les hago boicot. ¡La vida palaciega es la vida mejor, mendas! ::repite la peineta::
PD2: Ved este vídeo. Francis y Myriam son geniales y VA. A HABER. REENCUENTRO.

viernes, 12 de septiembre de 2014

"Tu mayor error fue subestimarme."

A ver, los que hayáis leído mi LJ ya lo sabréis, pero para los que no, debo anunciaros que soy muy fan de Águila Roja.
Es especial para mí porque es la primera serie que seguí en serio, metiéndome en foros y en comunidades al respecto. Aysh, que recuerdos. Que inocencia. Ni siquiera sabía que podías elegir una pareja que no fuese canon. Que mona yo. No sabía dónde me estaba metiendo.
Bien, pues a pesar de lo que flipan, de las incoherencias, de la comercialidad, de las tramas chorras y de demás cosas que me hacen arrancarme los pelos de la cabeza, quiero mucho a la serie.  Que ya no es mi favorita ni de lejos, ojo, pero quedan las brasas.
Y lo que solía hacer en el ya mencionado LJ era un balance acerca del capítulo. Lo bueno, lo regular, lo malo...
Y a eso voy, que una es mujer de costumbres:


Lo bueno:

-Lucrecia, porque es ella. Porque es la marquesa de Santillana. Porque es Lucrecia de Guzmán y, plebe, eso significa algo. Dura e inamovible durante las escenas de tortura, sin dejarse vencer aunque estaba sufriendo lo indecible, podemos ver esa fortaleza que le caracteriza. Porque la reina tiene razón y haría cualquier cosa para proteger a sus hijos. Pero sobre todo, destaco con rotuladores fosforitos, señales de neón y flechas gigantes sus escenas en palacio. Si como madre que conoce a su hijo estuvo enorme, como marquesa me arrodilló ante su grandiosidad. Capítulos y capítulos soportando a los gorrinillos y ella lo soluciona en dos escenas contadas. ¡Ni siquiera le llega a dirigir la palabra a Sagrario hasta que le dice que su error fue subestimarla! Myriam, por supuesto, también es grande y digna de adoración.
-Satur, porque Satur siempre mola y es genial y todas sus frases valen oro.
-Nuño, que vale, la trama se repite un poco --un mucho--, pero sigue estando bien. Cuando se interpone en el camino de la flecha y con ese "padre". Descorazonador. El trabajo de Patrik también fue impresionante.
-Hernán, que no ha estado particularmente sembrado pero su desesperación paterna siempre emociona.
-Pedro, porque sus escenas de acción molan mazo.
-Marta, porque su relato sobre como son las amputaciones fue la leche y ella lo vale.
-Gabi, cuya preocupación por su pie fue genial. Y que quiero mucho a Gabi, copón.
-"En uno de esos libros que leemos la gente culta..."
-Que los gorrinillos se larguen. CHAO.
-Cipri no ha aparecido y eso SIEMPRE me hace feliz.

Lo que está bien pero también mal pero todo lo contrario:

-El cardenal Mendoza ha aparecido muy poco. Su conspiración con la reina fue genial, pero la parte del nuevo inquilino me ha parecido sosa. Ya veremos.
-Justo cuando Jacobo hace algo bueno, le pasan las cosas malas. Es una pena que cuando por fin actúa como un noble de verdad, se quede sin nada. Que no es una queja, ¿eh? Que les quiero lejos. A tomar por saco los gorrinillos.
-Catalina, te quiero mucho y te adoro y demás, pero en serio. EN SERIO. ¡Qué es un secreto, copón! Y va y se lo cuenta a Margarita. enga, por qué no. ¡Qué eres la mano derecha de la marquesa, coñe, un poco de fidelidad!
-Aunque por un lado la rabia de Gonzalo es entendible y mola verle meter la pata, por otro no puedo evitar cabrearme. Y es que me parece una crueldad que el asesino de Laura fuese Hernán. Él nunca lo hubiese hecho de saber que era su madre, y es lo que Gonzalo parece estar olvidando, que su hermano no tiene toda la información.
-¿Cómo es que a Nuño no se le ocurrió utilizar los intentos de suicido de Hernán ante la ceguera para que le escuchase? Es lo primero que yo habría hecho.

Lo que es mal:

-Alonso porque sigue variando entre soportable y ahostiable y en este capítulo le toca lo último. Que yo apoyo cualquier iniciativa para ayudar a Nuño, pero es que el niño es un plasta de cuidado.
-Como ya he dicho, la trama de "Oh, que desgracia voy a quedarme discapacitado el resto de mi vida no quiero vivir así ay que depresión más grande traedme una cápsula de cianuro" está MUY repetida en palacio.
-Seguimos con la trama Dan Brown. Qué bien. A buscar el descendiente de Jesús. Seguro que es Gonzalo y de ahí vienen sus súper poderes.
-Y Satur encuentra justo la lanza con los papeles. Cómo no.
-Irene, no puedes ser más inútil. Lamento informarte de que no quiero que nos enfoque tu entreteto por mucho que adores exhibirlo, quiero que enfoquen tus órganos vitales repartidos por una habitación. Con nada de love, la humanidad.
-Margarita otra vez en problemas absurdos para darle algo de trama. Aburrido. Y, ¿cómo no iban a creer que está loca? Si lo decía ahí toda  tristona y temblorosa. ¡Échale carácter, coñe!

MORALEJA: La marquesa ha vuelto y no va a dejar títere con cabeza. Lo que es bien. A por Irene.


Y ahora, ¡imágenes, venid a mí!


Satur se va a un mercadillo en busca de un traje, ya que su amo se niega a comprarle uno, pero no hay suerte. Con lo feo que es el capuchón... #PlataformaUnTrajeDignoParaSatur


Los gorrinillos, entre tanto, quieren cubrirse de barro como los gorrinos que son. Una, que es adivina y sabe poner apodos.


La pobre Catalina es una profesional, pero la mueca de grima al ver sus cuerpos es inevitable.


"Aysh, cómo echo de menos a la marquesa. Antes tenía que recoger naranjas que rodaban entre las piernas de chicos guapos y, ¡mírame ahora!" piensa la pobre penitente a la que la vida maltrata sin compasión.


Gonzalo y Nuño estaban jugando a Guillermo Tell para crear lazos tío-sobrinales y las cosas se les han ido de las manos. Si es que ir de tío enrollado y guay no te va, Gonzalo.


Y claro, Hernán se china que no veas porque le ha desgraciado al niño. Otra vez. ¡Y a ver ahora que seguro de vida van a contratar, porque no ganan para cubrir tantas visitas del galeno!


La marquesa, mientras tanto, se somete a un tratamiento en plan Capitán América para recuperar las fuerzas tras un duro parto.


Si Hernán le pide ir a por la parejita le cortará en trozitos y los enterrará en el jardín. Decidido.


Mientras Nuño está enfermico, mi pobre príncipe oscuro, Irene aprovecha para tender sus redes malvadas en torno al pobre insensato. Mala pécora...


Pero la marquesa ya ha vuelto y ella por sus hijos MA.TA. Pero en plan doloroso, ¿eh? Con tortura y escupitajos ensangrentados y demás.


Le ata para que no pueda escapar, estando el pobre dominado por el encanto de la Mary Sue.


Lucrecia y Hernán lo discuten, pero no hay más opciones. Si Nuño cae en las redes de Irene se convertirá en un niñato torturado y los nietos les saldrán tontos.


Sagrario trata de impedirlo. Que shippea a Nuño y a Irene, dice. Y no, no sabemos porque está saludando como un nazi. Ella es así.


La marquesa no se lo toma muy bien. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿El wincest? JA. Ni en sueños.


Y es que con la marquesa no se juega, coño, que tiene los ovarios de acero forjado y no le tiembla el pulso.


Y Margarita...


Margarita vuelve a sus orígenes y naturaleza primaria: damisela en apuros.